Los Centros de mayores de Vitalia se estudian en Harvard

07 abr. 2011
Vitalia Catalina Hoffmann, presidenta y fundadora de los Centros Vitalia.

Catalina Hoffmann, presidenta y fundadora de los Centros Vitalia.

Se llama Catalina Hoffmann y su historia es la de una emprendedora que, a los 26 años, logró vencer la desconfianza de sus proveedores y sobreponerse a la ausencia de respaldo financiero para hacer realidad un sueño: eliminar la connotación negativa asociada a la tercera edad y aportar calidad existencial a este colectivo. Sus ganas de cambiar el mundo se toparon con mil y una trabas. Pero su pasión por las personas mayores, conjugada con el apoyo materno, terminó por vencer todos los obstáculos iniciales.

“Tenía conocimientos terapéuticos, no de empresa; era una mujer sin dinero y quería trabajar en un sector mal visto que sólo se vinculaba a soledad y a facturación”, recuerda. Nada fue capaz de frenar sus principios: “A los mayores se les llama por sus enfermedades y no por su nombre cuando lo que tenemos que hacer es aprender a envejecer porque todos vamos a llegar a su edad. Además, no reciben un tratamiento terapéutico real, se les da el mismo cuando sus necesidades son diferentes y no se les estimula, sólo se piensa en entretenerles”.

Tras intentar abrir los ojos a esta realidad en varias residencias de la tercera edad, Hoffmann, especialista en estimulación cognitiva, decidió tirarse a la piscina. “Veía mucha gente que no necesitaba estar en una residencia y que el concepto de centro de día era el de un aparcadero”, asegura. Para imprimir un nuevo rumbo, Hoffmann se sentó a escribir, con el propósito de trasladar al papel todos sus conocimientos en materia terapéutica.

Nació entonces el método Hoffmann, que abarca desde el tratamiento de rehabilitación en áreas físicas, cognitivas y psicosociales, hasta la descripción, al detalle, de cómo hacer un centro de día o qué colores y materiales utilizar en la construcción.

En 2004, abrió el primer centro de día de Vitalia en la madrileña calle Ferraz. En palabras de Hoffmann, “diseñé la web, pinté los carteles en casa y era, a la vez, directora del centro, terapeuta y conductora. Nadie quería participar en el proyecto ni recibimos ayudas estatales y los inicios fueron muy complicados, sobre todo, el primer año: no entraba casi nadie y las pérdidas fueron enormes”.

Con esfuerzo y una dosis doble de tesón y paciencia, Hoffmann logró dar la vuelta a la tortilla y asentar los cimientos de una empresa que hoy aglutina 34 centros en España y facturó 2,04 millones de euros en 2010. Vitalia ha sido galardonada en la categoría de Mejor Emprendedor de la VII edición de los Premios Pyme, organizados por EXPANSIÓN e Ifema, en colaboración con Orange, Caja Madrid y Páginas Amarillas.

A pesar de su corta historia, Vitalia ya ha conseguido codearse con grandes empresas como Mercadona. Ambas compañías han sido, junto a elBulli, fuentes de inspiración para los alumnos de Harvard Business School, que les han dedicado un caso de éxito.

“Desde 2008, Vitalia es una red de franquicias de centros de día, pero que funcionan como si fueran propios”, resume Hoffmann. Por eso, no todo el mundo puede ser socio. “Con la metodología propia, creé un modelo de negocio muy rentable, pero somos muy estrictos con la selección de los franquiciados; deben ser personas con sensibilidad y un perfil social”, añade. Según Vitalia, un centro tipo, de unos 400 metros cuadrados y capacidad para 65 usuarios, factura unos 820.000 euros y cuenta con once empleados. El tiempo estimado desde que entra un franquiciado y la apertura del centro es de seis meses.

La compañía, que recibe una medida de 25 solicitudes de franquicia al mes, prevé cerrar 2011 con unas ventas de 5,51 millones, 40 centros firmados y 250 empleados.

El siguiente paso es dar el salto al exterior, a países como Estados Unidos, que se están planteando la creación de unidades socio-sanitarias. Según Catalina Hoffmann, “la recesión económica no ha ayudado en este sentido pero, en cambio, sí nos ha permitido encontrar locales grandes, de entre 400 y 700 metros cuadrados, que antes era imposible conseguir”.

Por este motivo, Hoffmann insta a los potenciales emprendedores a probar fortuna: “Gracias a empresas como Vitalia es como tiene que resurgir el país y hay que apoyarles. Ideas hay muchas; buenas, pocas; pero que se lleven a cabo, casi ninguna”.

Catalina Hoffmann considera “un grave error” agrupar a las personas mayores por patología. “Hay enfermos con estados iniciales de Alzheimer a los que se trata junto a personas con un grado avanzado de la enfermedad, lo que al final, les frustra y provoca que su estado empeore más rápido”, explica. Para dar respuesta a esta problemática, Hoffmann desarrolló su propio método, que se basa en el análisis personal de cada paciente.

“Cada uno de nuestros profesionales tiene un protocolo de trabajo y valora el estado del paciente en su área. Luego, se comparten los informes con el resto de especialistas y se decide, de manera conjunta, qué área creemos que hay que empezar a trabajar a corto plazo”, afirma la fundadora de Vitalia. En este proceso, “la terapia psicológica es fundamental”.

También lo es la flexibilidad: “Los usuarios pueden venir desde dos a cinco días a la semana, todo el día, sólo a comer... Según las necesidades de cada persona. No quiero centros de alto standing, sino una opción al alcance de todos los bolsillos”.

Y.Blanco, Expansión