Señales para identificar un ictus

20 feb. 2018
Por Hoffmann World
Método Hoffmann Conocer los síntomas del ictus es promordial para evitar lesiones de por vida.

Conocer los síntomas del ictus es promordial para evitar lesiones de por vida.

Un ictus es un trastorno brusco de la circulación cerebral que altera la función de una determinada región del cerebro. Existen múltiples nombres para denominarlo que posiblemente nos resulten más conocidos, como embolia; infarto cerebral; accidente cerebrovascular o apoplejía. Puede ser de dos tipos: isquémico o hemorrágico.

Los ictus isquémicos son los más frecuentes y ocurren por un bajo flujo sanguíneo en un área del cerebro. Los hemorrágicos, en cambio, a pesar de ser menos frecuentes tienen mayor porcentaje de mortalidad, ya que en estos casos hay una rotura de un vaso sanguíneo con derrame de sangre en el cerebro.

Estos procesos van acompañados de síntomas que, si no son reconocibles para nosotros en el momento, pueden marcar un antes y un después en las consecuencias posteriores. El Método Hoffmann establece una serie de síntomas asociados:

  • Pérdida brusca de fuerza, debilidad o entumecimiento en cualquier parte del cuerpo, especialmente brazos, piernas y rostro.
  • Alteración de la visión repentina, visión borrosa o pérdida de visión.
  • Alteración del lenguaje. Puede afectar a la capacidad de entendimiento o a la habilidad de expresarse.
  • Cambio reciente en la personalidad.
  • Dificultad para tragar.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino.
  • Dificultad para andar, mareos y pérdida de equilibrio.

Tener conocimiento de estos síntomas nos puede salvar la vida, por lo que es sumamente importante reconocerlos. Los ictus generalmente afectaban a personas de una edad avanzada, pero con las transformaciones vitales que estamos experimentando cada vez es más común encontrar a personas jóvenes con riesgo de padecerlo.

Si tenemos la sospecha de que alguien está padeciendo un ictus o incluso que somos nosotros mismos los afectados podemos realizar tres comprobaciones muy fáciles de la Escala Cinncinnati:

  • Asimetría facial: frente a un espejo comprobar que la sonrisa es simétrica.
  • Alzar los brazos: con los ojos cerrados subir ambos brazos a la vez durante 10”, ya que un síntoma anormal sería que uno de los brazos no se moviese o que no hubiese simetría.
  • Alteración en el habla: simplemente hay que pronunciar el propio nombre o una frase sencilla.

Aunque hay factores de riesgo no modificables que incrementan la posibilidad de padecer un ictus, hay que tener en cuenta que existen otros que sí pueden ser cambiados. Está en nuestra mano prevenirlos, siempre y cuando llevemos a cabo los siguientes consejos basados en el Método Hoffmann:

  • Controlar el consumo de alcohol.
  • Evitar fumar.
  • Practicar ejercicio físico.
  • Evitar el sobrepeso.
  • No consumir drogas
  • Controlar periódicamente las constantes vitales
  • Dieta equilibrada.
  • Control emocional.
  • Mente activa.

La verdadera importancia de la prevención de ictus no se centra solo en los síntomas que ocurren en el proceso, sino en las secuelas que pueden permanecer en el cerebro. En muchas ocasiones son irreversibles y pueden limitarnos a la hora de llevar nuestra vida con normalidad.

Como siempre, la opción de cuidar y mimar nuestro cuerpo es solo nuestra. Si prevenimos aseguramos nuestra calidad de vida, y con ella, nuestra felicidad.